El continente africano, el tercero en extensión geográfica, se presenta ante el imaginario occidental como un espacio con una enorme diversidad de paisajes, de naturaleza generosa y desbordante. Es la cuna del origen del hombre y el hábitat de una gran cantidad de especies animales: un objetivo verdaderamente atractivo para todo viajero curioso que tenga una cierta actitud aventurera.

Ariel Levinas, que cumple con estas características –es curioso y un tanto aventurero– lo ha recorrido en numerosas oportunidades con su cámara. África es el resultado de una selección sobre el trabajo hecho en esas diferentes incursiones y nos permite ver, una vez más, la mirada de este autor argentino que excede lo que habitualmente conocemos como fotografía de viaje.

Levinas desarrolla una particular empatía con los personajes y una clara voluntad para acercarse a diversas comunidades y costumbres. Estas actitudes definen su forma de pensar, cómo pararse ante el mundo y como usar el medio fotográfico. En el caso de África se completan con una descripción cuidada de paisajes y arquitecturas y un acercamiento a los animales, lo que denota la sorpresa y el afecto que se perciben en otros aspectos de su obra. Sin tener la pretensión del documentalista especializado en la naturaleza, sus imágenes oscilan entre lo simpático y lo feroz, mostrando las diferentes facetas del reino animal.

Con el humanismo implícito en ese deseo de aproximarse, y aunque más no sea vislumbrar algunos rasgos de las diferentes culturas, Levinas logra, a través de una vinculación fugaz, pero cálida, dar cuenta de la exuberancia, del color y de la vitalidad de este continente.

Juan Travnik